Me parece interesante el hecho que un periódico reflexione
sobre la economía nacional. Muy interesante dado que la economía domina gran parte
de la vida cotidiana de la humanidad e incluso de la propia existencia del
mundo robótico en la industria. La economía, un tema que sin duda interesa a
todo el mundo desde los ámbitos personales, familiares hasta sociales,
nacionales e internacionales.
Por eso yo felicito que se debata sobre la economía, en
particular que se expresen libremente opiniones en un espacio editorial de un
periódico. Reitero, es encomiable que se incorpore a la economía como uno de los
principales temas de debate.
A renglón seguido de mi felicitación me permito sugerir que
se incorporen datos periodísticos para una comprensión integral sobre tan
importante tema. Un caso de estudio, el
editorial de El Telégrafo de este miércoles 15 de marzo de 2017 bajo el título El repunte económico de Ecuador augura otro escenario social. (De los cuatro
párrafos de este editorial tres los dedicaron a la versión oficial de un
funcionario).
Acabo de escuchar una entrevista al
director del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para
América Latina (Ciespal) en una radio de Quito. Bueno. Dicho esto, voy a presentaros mi
opinión de este diálogo.
En primer lugar el diálogo se enfocó
puntualmente a la promoción de una actividad de Ciespal prevista para los
próximos días. Se trata del denominado “Seminario Internacional ‘Políticas,
Estructuras y Ciudadanías: Pensar la Comunicación en la era Tecnomediática’”.
Considero que la entrevista no empezó de
la mejor manera posible. Por lo menos no ante semejante título del seminario.
Desde un principio la entrevista fue directo al grano, al objetivo de promoción
sin una previa aproximación al personaje ni al propio tema.
En consecuencia el diálogo empezó sin
estas dos aproximaciones a un tema de cada vez más creciente complejidad
conceptual.
Considero que en la entrevista Sierra
aprovechó para presentar de foma concreta y directa un planteamiento central y
estratégico no solo del mencionado seminario sino también de Ciespal:
“Necesitamos repensar esa ciudadanía mediática o tecnomediática, si
preferimos llamarla, y dar propuestas desde la Academia, propuestas de
regulación, de organización, de estudios”.
Muy bien por partida doble, por la promoción
y la oportunidad de expresión directa del directivo a través de un medio de
comunicación, que seguramente llegará a una amplia audiencia.
En el diálogo también se abordó diferentes
aspectos de la comunicación en tiempos de redes digitales como la
economía del tiempo, la dimensión pública por sobre lo interpersonal, el
equilibrio o consumo inteligente de las tecnologías de la información y
comunicación en la educación, regulación y sanciones, etc.
Sierra también habló de la necesidad que
la formación académica de las nuevas generaciones de periodistas asuma nuevos
paradigmas y conceptos, que reemplacen a los actuales, que datan de los siglos
XIX y XX.
Muy bien por plantear estos temas en la agenda de un medio tradicional.
Lo que no me parece muy bien es la
conclusión de Sierrra de que “la salida es la política pública”.
Por lo menos no me parece adecuada una
alternativa de salida sin previamente no se logra exponer con claridad qué se
considera como “política pública”. ¿En qué medida esa “política pública”
responde a una sola visión de una élite política en el poder político (léase
Rafael Correa y su movimiento político Alianza PAIS en el gobierno de Ecuador)?
En la práctica qué ejercicio de democracia
constituye plantear una salida directa a través de la “política pública” sin
considerar previamente la visión del ciudadano de a pie. Por lo menos en
la entrevista no se señaló un solo estudio que permita aproximarnos a una
efectiva posibilidad que el ciudadano participe de forma activa en los asuntos
públicos del país ya sea con o sin el uso de las nuevas herramientas de la
comunicación digital interactiva.
Muy bien por la promoción. Muy bien
Francisco Sierra por la promoción en la entrevista radial. Muy bien por esa
comunicación unidireccional 1.0. Queda pendiente pensar en lo participativo 3.0, en la web social, en rendiciones de cuenta interactivas en tiempo real (no monólogos ni 'conversatorios') en las desintermediaciones políticas, en una efectiva libertad de expresión que no solo supere la autocensura y las órdenes mordaza de "prohibido dar declaraciones" sino que trascienda a un control y vigilancia de lo público mediante una apropiación masiva (ojo eliminar excesivas cargas tributarias a los nuevos dispositivos móviles y destinar la totalidad de esos tributos a proyectos científicos en universidades) las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Por hoy no es más amigos nuestros. Final
del comentario. Volveré muy pronto con más lecturas crédulas.